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viernes, 26 de agosto de 2011

Lo que destapa el 'affaire' Massera-Alfano

Algo huele a podrido en la farándula




por Martín Espinoza

El escándalo estalló. Las aberraciones del genocidio de los '70 vuelven a emerger. Esta vez entre los "dimes y diretes" de la decadencia obscena de los reality shows. Ahora fue el turno de Jorge Rial, el ex chimentero noventista de Lucho Avilés, ex gerente de programación de América y hoy devenido empresario productor; y a quien ahora vemos "sensibilizado" con los crímenes de la dictadura. Entusiasmado con el alto rating, el conductor reflotó un chisme setentista, un secreto a voces durante muchos años: el romance entre el genocida Almirante Emilio Eduardo Massera y Graciela Alfano.
Una hijastra de un ex custodio de Massera reveló que la actriz y vedette habría recibido regalos de parte del genocida, los que podrían ser bienes que pertenecieron a detenidos-desaparecidos. Gabriela Blasi afirmó que escuchó a su padrastro "cuando contaba que por pedido de Massera pasaba a buscar a Graciela por su casa y juntos se encontraban para salir de compras. Recuerdo que nombraban joyas de Cartier, aunque también hubo propiedades y varias transacciones".
Inmediatamente, la denuncia motivó que el fiscal Luis Comparatore solicite que se investigue a Graciela Alfano y la denuncia quedó radicada ante el juez Claudio Bonadío.


Se sumó la denuncia que hizo Norma Elsa Ayala, hija del bailarín folclórico "El Chúcaro" y esposa de un ex custodio de Perón hasta 1974, quien tras el golpe de 1976 fue "chupado" por una patota de la Dictadura. Ayala cuenta que, mientras buscaba a su esposo desaparecido, fue a ver a Massera a su oficina. Dijo que Alfano estaba sentada a su lado y que en algún momento de la entrevista la vedette irrumpió y le dijo "Bueno, ¡basta! El almirante esta muy ocupado, tiene muchas cosas que hacer como para ocuparse de esto".
Alfano salió a responder con indignantes declaraciones (de esas que revuelven el estómago) a través de su twitter: "Si te acostás con un genocida no salís con los 30 mil desparecidos".
En medio de la puja mediática el genocidio parece quedar banalizado como si fuera un escándalo más de engaños e intrigas de "quinto subsuelo", de los tantos que protagoniza la farándula argentina. Apropiándose, de forma idiotizante, de horas y horas de pantalla cada tarde. Y hablamos nada menos que de la TV; la que sigue funcionando como gran usina ideológica de una burguesía decadente. La que penetra en millones de hogares diariamente con su catarata de prejuicios racistas, xenófobos, homófobos, machistas y sexistas.
Sin embargo, por las grietas del escándalo mediático se cuelan con fuerza algunas verdades ineludibles. Y esto a pesar de los comunicadores de turno.
Una de ellas es el rol profundamente reaccionario que cumple esa capa social denominada "farándula", como legitimadora de regímenes y gobiernos administradores de un orden social explotador, opresor y hasta asesino del pueblo trabajador.
Graciela Alfano fue parte de una troupe de vedettes, actrices, actores, modelos, periodistas y "personalidades" del espectáculo que posaron en tapas de revistas procesistas, siendo funcionales al aparato de propaganda de la Dictadura genocida. Aquella Dictadura llamada por los grandes empresarios para aplastar a sangre y fuego la insurgencia obrera y popular que recorrió nuestro país tras la gran gesta del "Cordobazo" de 1969.
Pero "business are business". La farándula siempre está... con el poder de turno.
Algunas de esas caras mediáticas y faranduleras se reciclaron con el devenir del régimen constitucional que se inició en 1983. Muchos se enriquecieron en los años de farándu-política del menemismo. Y otros nacieron directamente como "figuras" en ese período.
El caso más emblemático es el de Marcelo Tinelli, quien con su circo patético nacido de la entraña noventista, supo transformarse en el gran patrón del divertimento nacional en las noches de la pantalla chica. Atravesando menemismo, Alianza, duhaldismo y kirchnerismo. Siendo hoy el gran socio del multimedio Clarin. El empresario mediático que en 2009 apoyó el pedido de pena de muerte de "Su" Giménez. El que hace un año dijo que "volvería a votar a Kirchner"  y que hace apenas tres meses afirmaba que "Cristina va a ser otra vez presidenta". Claro; en este caso impostar una sensibilidad con los crímenes de la dictadura es mucho para "Marce", quien pidió hace poco tiempo medidas más represivas contra los pobres.
Algo huele a podrido en la farándula argentina. Siempre.
Y en este affaire Massera-Alfano el olor a podrido se llama genocidio, que emerge todo el tiempo por los poros de la institucionalidad burguesa, y ahora se cuela entre la farsa del entretenimiento televisivo.
Es que el genocidio no es un tema del pasado, sino categóricamente del presente.
Porque impunidad también es que los cómplices de los asesinos puedan seguir viviendo su obscena fiesta, su orgía de dinero robado, de fama y de poder, burlándose de las víctimas del genocidio.
La lucha por mandar hasta al último asesino y sus complices civiles a la cárcel continúa.
¡30 mil compañeros detenidos-desaparecidos, presentes!



4 comentarios:

  1. Muy buen post, Martín.

    saludos
    DP

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  2. Clarita y expeditiva!! queda en evidencia la decadencia de algunas personas que se creen "top" pero que por dentro son muy pobres...
    te felicito por la nota!
    beso

    Tori

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  3. impresionante amigo.... te felicito por tus palabras

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  4. Entonces, nadie tuvo nada que ver con la dictadura. El alma del pueblo era comunista. Tampoco nadie tuvo que ver con mennen. Que veletas son los argentinos!! Y las Malvinas? Recuerdo como llenaban las plazas con vitores a los militares. Ahora, había sido que todos estaban con la abuelitas, que hoy, oh casualidad, son kishneristas

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