En la cruzada por bajar la edad de imputabilidad, los medios de comunicación vienen teniendo un rol protagónico, fogoneando la idea de que ser joven y pobre es sinónimo de ser delincuente. Uno de los que se lleva los mayores galardones es el Diario Popular, tercero en ventas en Argentina. No pasa un día sin que saquen una nota poniendo el énfasis en que la mayoría de los actos vandálicos, robos, asesinatos y secuestros son realizados por adolescentes e incluso niños, cuestión que como explicamos en otras ocasiones fue refutada por los últimos estudios realizados. Su cinismo llega al punto de que en la edición del 28/01/11 publicaron una nota titulada “Un violento caso inverso”, que nos aclara que “no todos los hechos de violencia registrados esta temporada fueron ocasionados por jóvenes. Días pasados, en el boliche Pueblo Límite, en Villa Gesell, los patovicas del lugar fueron acusados de golpear a un joven y mandarlo al hospital. ‘Pero no terminó ahí, porque un par de controladores lo siguieron hasta el nosocomio y le volvieron a pegar en la guardia’.” Pero tanto el Popular como los otros medios se cuidan bien de utilizar distintos términos al referirse a los jóvenes de acuerdo a su procedencia social. Esto es parte de la campaña furibunda de criminalización contra los pobres que llevan adelante permanentemente los medios, en este caso refiriéndose a los de clase media o alta como “los chicos” o acentuando que se trata de excepciones si realizaron algún desmán, y en cambio usando la palabra “menor” en forma peyorativa si un joven proviene de sectores populares. Además, en este último caso siempre se aclara que se trata de redes delictivas, que incluso se organizarían desde las villas del conurbano bonaerense. El principal relator de hechos que asocian jóvenes pobres con crimen y drogas en el Diario Popular es Maximiliano F. Montenegro, quien en general escribe las notas que intentan mostrar que vivimos en una sociedad peligrosa y que la “gente bien” se ve obligada a atrincherarse en sus casas custodiadas por alarmas, rejas,armas y rotweilers…. todo esto para a continuación aplaudir el envío de miles de gendarmes a las calles y otras medidas gubernamentales tendientes al control y la represión, especialmente de los jóvenes de las barriadas humildes.
Publicado en La Verdad Obrera nº 412
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